Recapitulando
En el último artículo publicado en nuestro blog hablamos sobre la integral térmica: describimos en qué consiste, explicamos cómo influye en los estados fenológicos de los cultivos, aprendimos a calcularla a partir de la temperatura ambiente y conocimos algunas de sus aplicaciones prácticas. Pues bien, en esta publicación vamos a profundizar un poquito más en la relación que tiene la integral térmica con la aparición de las plagas en los cultivos.
Integral térmica y el ciclo biológico de las plagas. La araña roja
Las plagas tienen un ciclo biológico o etapas de desarrollo a lo largo del año, lo que se conoce en biología como estadios. De modo que, si hacemos una correcta interpretación de este indicador, podremos predecir los estadios más agresivos y anticiparnos aplicando tratamientos específicos para una determinada plaga en el momento adecuado.

La integral térmica puede darnos una idea acerca de la situación en la que se encuentran algunas de las plagas más comunes que afectan a nuestros cultivos como puede ser la araña roja (Tetranychus urticae).
La temperatura mínima (temperatura base) para el desarrollo de la araña roja es de 10 ºC y se necesitan aproximadamente 145 grados día (integral térmica Tb = 10 ºC) para que la araña roja se desarrolle desde el huevo hasta convertirse en un espécimen adulto. Esto se traduce en un ciclo de vida de entre 7 y 14 días, dependiendo de la temperatura y la humedad ambiente. Las condiciones óptimas de desarrollo de esta plaga son temperaturas de entre 30-32 ºC y una humedad ambiente inferior al 50 %.

Jugando con ventaja: aplicación de la integral térmica
Desde la plataforma SensaCultivo podemos obtener la integral térmica de un periodo concreto para comprobar la acumulación de grados día y anticiparnos a la aparición de una plaga. Por ejemplo, en la siguiente gráfica podemos observar que el día 19 de febrero ya se habrían alcanzado los grados día necesarios para el desarrollo de la araña roja.

Esta información es muy valiosa ya que nos permite anticiparnos a la aparición de las plagas y poder aplicar métodos de control químicos o biológicos con mayor efectividad, evitando así daños en los cultivos y pérdidas económicas.